El viernes día 16 de noviembre, nada más abandonar las clases, nos encaminamos al aeropuerto de Salk Lake City, donde tomamos un vuelo de más de cinco horas y, pasando por Denver, aterrizamos a las 10 de la noche en Jacksonville. Hay que atrasar los relojes dos horas.
El actual estado de Florida causa sensación por su mezcolanza característica de la cultura norteamericana y el deje caribeño tan arraigado que tiene. No obstante los acontecimientos históricos y la situación geográfica de esta península han determinado toda su idiosincrasia.
Desde los tiempos de conquistadores y exploradores del Nuevo Mundo, Florida siempre supuso para los españoles un bastión difícil de vencer y de conquistar. En aquellos tiempos de personajes marcados por la fe y el destino, destacan nombres como Pizarro o Hernán Cortes. Pero fueron otros muchos con menos renombre o fama los que se dieron a la labor de descubrir y expandir el conocimiento cartográfico a a territorios descomunales. Muchos de ellos perecieron en las brutales conquistas que llevaron a cabo. La de Florida fue precisamente un lugar en el que los españoles dejaron un gran tributo de sangre para poder asentarse, ya que se toparon con la gran ferocidad de los indios que trataron de defender con coraje su hermosa tierra.
Prueba de toda esta presencia española es la ciudad de San Agustín, al norte de Florida.
San Agustín es uno de los asentamientos europeos más antiguo de los Estados Unidos hoy en día. Fue fundada por Pedro Menéndez de Avilés el 28 de agosto de 1565. Los españoles ya habían estado antes allí, aunque nunca levantaron ninguna fortificación estable. Sin embargo, la presencia de un contingente de piratas franceses que alzaron un fuerte en la cercana desembocadura del río San Juan hizo que España tomara la decisión de establecer una presencia militar permanente en ese área.
El castillo de San Agustín es la mayor prueba de ello.
Una vez en Orlando, y antes de dormir, vamos a cenar al "Planet Holliwood" del Down Town de Disney World. Hay otro restaurante como éste en Los Ángeles, donde toda la decoración está relacionada con las películas "made in Holliwood" y donde hay multitud de objetos y elementos reales que fueron utilizados en famosas y ya clásicas películas del cine americano.
El vestido que llevaba la actriz protagonista en la película "Titanic".
El hacha que se utilizó en la clásica película "El resplandor".
La octavilla para salvar el reloj de la torre de la mítica trilogía de Stiven Spilberg "Regreso al futuro".
Y multitud de objetos representativos en el mundo del cine te rodean mientras estás cenando en el espectacular restaurante de varias plantas: la motocicleta de Terminator, la bicicleta de E.T, etc.
A la mañana siguiente pasamos un día extraordinario en "Magic Kingdom", el reino de Disney.
No quiero imaginar la emoción que debe sentir un niño cuando entra a este parque y ver que todos los personajes de dibujos animados están vivos y pasean a tu alrededor. La magia que se vive es impresionante y contagia al primer golpe a cualquier adulto.
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