lunes, 29 de octubre de 2012

LAS VEGAS


Como cada viernes y después de una larga semana de trabajo nos disponemos a comenzar el fin de semana y aprovecharlo al máximo lejos de la rutina escolar y de las clases. Esta vez llevamos directamente las mochilas y maletas a la escuela y cuando termina nuestro horario nos encaminamos a aprovisionarnos para el viaje, repostando gasolina concienzudamente, comiendo un poco antes del largo camino y apurando el tiempo para partir cuanto antes. Nuestro destino es Las Vegas.

El itinerario a recorrer es fácil: casi siete horas descendiendo por una autovía monótona y rectilínea que atraviesa toda Utah hasta el sur para acceder a Arizona y al poco penetrar en el estado de Nevada. Durante el camino la noche y el cansando caen como un plomo pero la conversación y las ganas de diversión no decaen en ningún momento. Varias paradas en gasolineras típicamente americanas, donde siempre se puede hacer un alto para detenerse en el baño, volver a repostar combustible o conseguir unas chocolatinas para matar el hambre o todo tipo de bebidas y comida rápida.

La luna es precisa en el cielo nocturno y mientras el coche circula rodeado de un vacío sideral dejamos atrás la frontera de Utah para acceder a Arizona. Desde el interior del vehículo se pueden intuir, más que apreciar, las grandes y macizas paredes rojizas del cañón que custodia el río Colorado. Merecerá la pena verlo a la luz del día en la vuelta.

El desierto de Mojave nos abduce a medida que avanzamos en nuestro viaje, ansiosos por llegar a nuestro destino. Tras muchas horas de viaje, y dejada atrás la media noche, una inmensa mancha de luces naranja comienza a apreciarse en la cercana distancia de la oscuridad. Un resplandor dorado que preludia los contornos de una gran ciudad.

 

Antonio Armijo fue el español que asignó el nombre a esta ciudad, ya que en aquella época en el territorio actual donde está ubicada Las Vegas existían algunas áreas bajas donde había manantiales que creaban zonas verdes que contrastaban con el desierto que las rodeaba: las vegas.

En el año 1900 los manantiales fueron canalizados hacia la ciudad. Así fue como ésta quedó provista de una fuente de agua corriente. Esta hazaña permitió a las Vegas convertirse en una parada en la que repostar agua para los trenes que viajaban entre Los Ángeles (California) y Albuquerque (Nuevo Méjico).

La entrada en Las Vegas es triunfal, un cúmulo de luces por todas partes envuelve la avenida principal, por la que transitamos mirando a través del cristal los lujosos hoteles y casinos que se extienden a un lado y a otro de la calle. Rótulos, carteles luminosos, ambiente callejero y un millón de estímulos visuales penetran por nuestra vista.
 
 



 
 
Después de atravesar el esplendor de la avenida con el tráfico nocturno nos alojamos en el hotel Circus Circus. Registro rápido, maletas a la habitación y cambio de ropa para aprovechar las horas que nos ofrece la ciudad en nuestra inmediata llegada.


 

El sábado asistimos a la actuación "Le rêve" (el sueño), un espectáculo del tipo El Circo del Sol que se desarrolla en un escenario de 360º y cuyos actores son bailarines y acróbatas. Además, tode se desarrolla sobre en un medio acuático que de repente se transforma en terrestre y, por supuesto, aéreo. ¡Impresionante! Más de una hora sin parpadear ni un minuto. Ni siquiera para sacar la cámara. La foto al final del show...


 
 
 
El Bellagio, el casino donde ser rodó la película Oceans Eleven, ofrece un espectáculo de agua con la fuente que sucede cada quince minutos.
 
 
 
 
 
 
A plena luz del día los casinos continúan su actividad sin importar el horario. Es un lugar preparado para el juego y el derroche de dinero.
 
 
 
 
 
 
 
Después de un intenso fin de semana, regresamos el domingo otras siete horas de vuelta. Pero esta vez al menos, al ser de día, podemos disfrutar del maravilloso paisaje al pasar por el estado de Arizona.






Como conclusión, la frase que se suele decir en Las Vegas y que rezaba en todos los artículos y souvenirs: What happens in Las Vegas stay in Las Vegas (lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas).
 
 

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